El propio Navarrete, el presidente de El Monte, José María Bueno Lidón, y el consejero de Economía y Hacienda, José Antonio Griñán, anunciaron ayer en Torretriana que el próximo 31 de mayo los consejos de administración de ambas Cajas votarán sendos protocolos de actuación conjunta, unos documentos base que darán la señal de salida en este nuevo proceso de fusión, el cuarto que abordan las dos entidades con sede en Sevilla.
Luis Navarrete subrayó que ambos presidentes son conscientes de que el fracaso de los tres anteriores - el de 1972 y, especialmente, los dos proyectos malogrados de la última década- «han podido crear una cierta frustración en sectores empresariales, sindicales y políticos». Por ello, el presidente de la Caja San Fernando incidió en que en esta nueva etapa los responsables de ambas cajas se han propuesto «dar pasos firmes, que no tengan vuelta atrás, para conseguir el objetivo de la fusión» y no producir una nueva decepción.
Nueva situación
Bueno Lidón expresó también la «determinación» de las dos cajas de Andalucía occidental a iniciar el proceso de integración, como así se lo habían puesto de manifiesto ambos presidentes al consejero de Economía en una reunión celebrada previamente a la comparecencia ante los medios. «Empezamos un nuevo proceso que no es la continuación de los anteriores», recalcó Bueno Lidón, que aclaró que, aunque las entidades no parten de cero, ya que cuentan con estudios previos, se enfrentan a este viejo reto sin ningún condicionante; ni siquiera retomarán las marcas y logotipos que se habían diseñado en las dos últimas intentonas, Alcaja y Guadalcaja. «Desde que iniciamos el proceso hace casi tres años las cosas han cambiado bastante y estamos en una situación distinta», aseveró el presidente de El Monte, tras enumerar los avances de ambas Cajas en los principales ratios económicos y su reorientación hacia la banca minorista abandonando estrategias de banca mayorista.
De producirse ahora la fusión, las dos Cajas con sede en Sevilla totalizarían un balance conjunto de 18.000 millones de euros y se colocarían en la novena posición del ránking de las 46 cajas españolas, quedándose «ligeramente por detrás de Unicaja», precisó Bueno Lidón. Las dos entidades sumarían unos recursos ajenos de casi 16.000 millones de euros, más de 14.000 millones en créditos a clientes, 778 oficinas y 4.700 trabajadores. «Las cajas andaluzas somos cajas pequeñas . Ganar dimensión nos permite acometer proyectos de más envergadura y nos da más músculo financiero. Ese es el objetivo de la fusión», indicó.
La intervención de la Consejería de Economía en este proceso de fusión se centrará, por un lado, según indicó José Antonio Griñán, en el ámbito estatutario, que para ambas entidades entraña «una redistribución del poder interno que les va a exigir - dijo- concordia, mucho diálogo y buena voluntad»; y en el ámbito socio- económico, donde, según Griñán, la fusión de las cajas occidentales debe potenciar la solvencia y rentabilidad de las cajas, evitar que se produzcan concentraciones de riesgos y, sobre todo, «una buena disposición al diálogo con los sindicatos para que todo se haga sin perjuicio de las plantillas».
Convergencia
«Esta es una buena noticia para el sector financiero andaluz», dijo el consejero, que, despejando dudas y sorteando las reticencias que se expresaron en la anterior etapa en la Consejería de Magdalena Álvarez, manifestó no tener «ningún juicio contrario» a la fusión de las dos cajas para ganar tamaño. Sobre la posibilidad de que el mapa financiero andaluz aborde nuevas fusiones a partir de la concentración de las cajas occidentales, Griñán dijo que en su caso se pronunciaría en base a las repercusiones financieras que pudieran tener esas uniones, y sí abogó porque «el sistema financiero tenga la potencia suficiente para afrontar decisiones que repercutan» en la convergencia de Andalucía con Europa.
Respecto al protocolo y a los plazos de fusión que se conocerán el próximo 31 de mayo, los dos presidentes de las cajas no quisieron adelantar nada para que sean los consejos de administración los que en primera instancia conozcan los detalles.
Luis Navarrete sí apuntó que durante los primeros meses del año las dos entidades han venido trabajando en la puesta en marcha de temas comunes, como los sistemas informáticos o la reordenación de las participaciones empresariales, para adelantar un trabajo que evite «el bache» que se produce en muchos procesos de fusión.