Avenida de la Constitución
Las temperaturas del verano obligan a cambiar las frecuencias de riego previstas y regar cuantas veces sea necesario para que las plantas no se mueren. A un jardinero que se le mueran las plantas es un fracaso profesional. Imaginemos a un médico que se le mueren los pacientes que tiene a su cuidado. Inconcebible. En condiciones normales, con un mantenimiento adecuado se pueden mantener hidratadas, al menos para que no se sequen. Hay que empezar por plantar en la época adecuada.