Desde la tarde del lunes está en el clínico San Carlos de Madrid, en la unidad de psiquiatría.
Su hija Belén está junto a ella.
Padece un enfisema pulmonar pero no ha dejado de fumar, aunque su estado en esta ocasión es menos grave que cuando fue ingresada en Sevilla el pasado mes de julio.
Belén Ordóñez ha vuelto a ser ingresada en Madrid. Se encuentra desde la tarde del pasado lunes en el Clínico San Carlos de Madrid en la unidad de psiquiatría. Parece que ha sido una nueva recaída del enfisema pulmonía que padece y que le ha motivado una crisis de ansiedad.
Su hija Belén está junto a ella aunque en esta ocasión la familia está más tranquila ya que su estado no reviste la misma gravedad que en su último ingreso hospitalario en Sevilla el pasado mes de Juli cuando permaneció diez días ingresada.
Sus sobrinos permanecen en contacto telefónico y de momento no se sabe cuando abandonará el hospital. Uno de los principales problemas con los que se ha encontrado es que a pesar de la recomendación médico no consigue dejar definitivamente el tabaco. En una de sus últimas entrevistas Belén reconocía:
"Gracias a Dios, me encuentro mejor de mis dolencias, aunque el enfisema pulmonar que padezco es una enfermedad crónica, que me ha obligado a cambiar mi manera de vivir. Ahora estoy haciendo una vida más sana, a pesar de que no he podido dejar el tabaco por la ansiedad .
Tras la muerte de su hermana Carmina, que le pasó factura tanto física como psicológicamente, Belén Ordóñez continuó su lucha por salir adelante, superó un cáncer pero sigue arrastrando un efisema pulmonar que la condena a llevar consigo y casi permanentemente una bombona de oxígeno para poder respirar
En los últimos años ha visitado varias veces en el hospital. Una de las que más preocupó a su familia fue en 2009 cuando ingresó voluntariamente en la clínica López Ibor de Madrid, un centro especializado en el tratamiento de enfermedades psíquicas, trastornos psiquiátricos y psicológicos, en el que permaneció durante un mes: "Ingresé voluntariamente para recuperarme de la depresión que padezco desde que murió mi hermana, Carmen, hace cinco años".
Su familia está tranquila y confía en la fuerza de su naturaleza.