Con plaza llena se han lidiado erales de Pedro Fernández, de buen juego. Primero y segundo premiados con la vuelta al ruedo. Último festejo de la Escuela de Jerez.
José M. Monje, dos orejas.
Daniel Crespo, dos orejas.
Sergio Salas, dos orejas.
Eloy Hilario, dos y rabo.
Miguel Andrades, "Miguelito", dos y rabo.
La mañana se presentaba plomiza con nubes santocolomeñas que iban y venían sin querer perderse el festejo. La plaza con un lleno hasta la bandera completaba un marco magnífico. En primer lugar actuó José Manuel Monje, un chaval de la escuela de Jerez, como todos sus compañeros, que rezuma torería y buen gusto por los cuatro costados. Bien con el capote y con la muleta recibió al bravo y noble novillo que le tocó, nunca mejor dicho en suerte, con unos muletazos por bajo muy toreros, seguidos de dos tandas con la derecha, sobre todo la segunda excepcional muy bien rematadas con el pase de pecho, sacándose al novillo por el hombre contrario y llevándolo muy toreado. A continuación una tanda por el pitón izquierdo para volver con la derecha para el pase de las flores, circulares y manoletinas y con la espada recitó una media en todo lo alto de la que rodó el burel sin puntillas, le fueron concedidas las dos orejas con las que dio una triunfal vuelta al ruedo. Al novillo se le dio una merecida vuelta al ruedo.
El segundo novillo, un castaño con muy buenas hechuras, al que lanceó con ritmo y con las manos bajas Daniel Crespo. El novillo algo bando había que llevarlo muy despacio, templado y a media altura, y asi lo hizo Daniel en dos tandas con la derecha extraordinarias, para seguir con una serie excepcional toreando al natural, templadísimo, con la mano muy baja, con mucha personalidad y torería y los remates de pecho, largos y torerísimos de pitón a rabo. Después siguió muy variado y transmitiendo con los tendidos para finiquitar su faena con una gran estocada algo trasera, en todo lo alto. Le fueron concedidas las dos orejas. Este novillo también mereció el honor de la vuelta al ruedo.
El tercer novillo, también castaño, como el anterior, para Sergio Salas, que sin ser malo bajó el listón algo con respecto a sus hermanos de camada, llevándose a tablas al sentir que le podían. Sergio lo recibió con muy buenos lances bien rematados con la media verónica. Ya con la muleta, y en una faena algo intermitente, realizada mayormente en el terreno de tablas, basada en la mano derecha, donde no faltaron remates y desplantes muy toreros, terminando con su novillo de una estocada algo desprendida y otra entera en todo lo alto, cortando las dos orejas.
El tercer castaño y cuarto de la suelta salió con muchos pies y rematando en los burladeros. Eloy Hilario lo recibió con unas vibrantes verónicas rematadas con una revolera. Eloy protagonizó un soberbio tercio de banderillas, que siendo muy bueno el primero aún se superó en los demás, terminando con un tercero al cuarto arrancando en tablas que puso al respetable en pie. Con la muleta estuvo muy valiente y variado por los dos pitones, bullidos y transmitiendo mucho. No faltaron al final los molinetes, redondos y manoletinas con desplante de rodilla. Se perfiló para recetar un pinchazo hondo y una entera en buen sitio de la que rodó sin puntilla. Le fueron concedidos los máximos trofeos.
Miguelito Andrades, siempre es esperado con ilusión por el público, recibió a su novillo con tres largas cambiadas en el tercio, para seguir unas verónicas rematadas con dos medias verónicas y una revolvera. Con las banderillas estuvo valiente llegando a los tendidos, el tercer par los partió por la mitad quedándose con unas cortas que puso de poder a poder en todo lo alto. Ya con la muleta siguió fiel a su personalidad y estilo, sacando muletazos con ambas manos de bellísima factura. Con la espada recitó la mejor estocada de la mañana, entrando con rectitud, decisión y total entrega, también le fueron concedidas las dos orejas y el rabo de su novillo.
Después vino la fiesta de los más jóvenes, donde a la cantidad se unió la calidad, la ilusión, la alegría y una afición sin límite. Fue el colofón perfecto para la mañana más torera de Chapín. Todos los alumnos que actuaron en banderillas estuvieron brillantes y en la brega como siempre José María Gonzalez 'Copano' y Jerónimo Gómez. Los novillos de Pedro Fernández confirmaron una vez más que el carácter del ganado bravo suele parecerse a su dueño, con calidad y nobleza colaboraron decididamente al triunfo del espectáculo.