Aunque se daba su amistad por finiquitada, el funcionario viajó a Sevilla para visitar a su entrañable amiga. Lo que no se sabe es si este reencuentro se enmarca dentro de una buena amistad o si, por el contrario, su relación sentimental sigue adelante.
Fue en noviembre cuando la pareja, contra viento y marea, decidió inciar su primer viaje juntos. El país elegido fue Italia.
En las últimas semanas, la Duquesa de Alba había sustituido sus tardes románticas de cine en Madrid con Alfonso Díez por jornadas taurinas junto a sus incondicionales Curro Romero y Carmen Tello.
Desde la impltantación de la válvula el pasado febrero, doña Cayetana ha recuperado su vida social y poco o nada se sabía ya de su relación con el funcionario madrileño. Muchos, de hecho, daban por finiquitada su entrañable amistad. Pues bien, la pareja ha vuelto a protagonizar otro de sus fugaces encuentros.
En esta ocasión, el escenario ha sido el Palacio de Dueñas, en la capital hispalense, hasta donde viajó Díez desde Madrid, ciudad donde reside y trabaja.
En un entorno tan idílico como los jardines de la residencia de la aristócrata, la pareja se dejó ver paseando del brazo, mientras conversaban animadamente. Al tratarse de un paseo matutino, todo apunta a que el pretendiente de doña Cayetana podría haber llegado el martes por la noche y haber pernoctado en el Palacio. Lo más novedoso de esta imagen es que por primera vez, doña Cayetana pasea junto a Alfonso, algo inviable hasta el pasado mes de febrero por sus problemas de movilidad.
Sea como sea, desde el pasado 23 de marzo no había constancia de un encuentro entre la pareja más mediática de los últimos tiempos. Eso hizo que muchos apostaran por una buena amistad en vez del noviazgo que antes proclamaban a los cuatro vientos. De hecho, los planes de boda se quedaron en el camino sin que haya habido noticias sobre un nuevo intento de volver a pasar por el altar.
Aún así, sí ha trascendido que hablaban por teléfono muy a menudo y que Alfonso se había preocupado mucho por la recuperación de su porcelana, adjetivo con el que llamaba cariñosamente el funcionario a la aristócrata.
Así las cosas, habrá que esperar para saber si esta visita se ha enmarcado en la buena amistad que siguen manteniendo o por el contrario, siguen siendo pareja.
Lo que está por ver es qué piensan los hijos de esta nueva cita entre su madre, a la que, por otro, lado, ven más recuperada y animada que nunca.