El Consejo Regulador de los Vinos de Jerez, Manzanilla- Sanlúcar y Vinagre de Jerez ha celebrado hoy en Jerez el examen para la obtención del título de Venenciador Oficial de los Vinos del Marco de Jerez, como broche final al III Curso de Venenciadores Oficiales, desarrollado en los últimos días por la institución.
Quinece alumnos han superado una prueba teórica en la que han tenido que demostrar sus conocimientos en la Historia de los Vinos del Marco, nociones básicas de vitivinicultura, el método de elaboración y crianza, los distintos tipos de Jerez, cómo se conservan y se sirven estos vinos, así como sus posibilidades en la gastronomía (maridajes con distintos tipos de comida, etc...).
A continuación han llevado a cabo la parte práctica, acreditando su maestría en el noble arte de la venencia bajo la atenta mirada del jurado. Se ha puntuado, de uno a cinco, los siguientes aspectos: la precisión de servicio con una copa, y el más difícil todavía, la precisión con tres copas a la vez; la altura a la que se levanta la venencia; el ritmo de servicio; el corte de la venencia en el servicio; el estilo general; y el atuendo. Además, los aspirantes han tenido que identificar los distintos tipos de Vinos de Jerez a través de una cata a ciegas, diferenciando por ejemplo por sus valores organolépticos un Oloroso de un Amontillado, o un Fino de una Manzanilla.
Esta titulación oficial que otorga el Consejo, más allá de acreditar la destreza en el uso de la venencia, pretende garantizar que los profesionales de la venencia dominan una serie de aspectos esenciales de la Cultura de los Vinos de Jerez, incluyendo la desenvoltura, presencia y empatía con el público, de acuerdo con el nuevo rol que hoy día asumen los venenciadores como embajadores de los Vinos del Marco en todo el mundo. El venenciador es así mucho más que un profesional del servicio del Jerez, y se convierte en el gran sumiller de los Vinos de Jerez y la Manzanilla, auténtico experto capaz de responder a las más variadas cuestiones sobre nuestros caldos.
Los alumnos que se han inscrito en este curso han sido formados en la parte teórica a través de un seminario impartido por los propios responsables del Consejo. Los aspirantes al título han contado con una serie de materiales especialmente desarrollados por el Consejo, como son el Manual de Formación de Venenciadores y un CD Rom en el que se recogen las claves para la práctica de la venencia. Entre los examinados se encuentran venenciadores en ejercicio de las bodegas de Jerez que desean obtener la acreditación oficial, así como neófitos que se acercan por primera vez a este arte con el afán de encontrar una cualificación profesional especializada en ese ámbito.
Los alumnos que han superado las pruebas teórica y práctica han obtenido el Título de Venenciadores Oficiales, junto con una insignia y una faja distintiva que los acreditará como tales, unas distinciones que aspiran a convertirse en un sello de garantía para bodegas y consumidores, y motivo de orgullo para los profesionales que las ostenten.
La que se cierra hoy es una nueva edición de un Curso que el Consejo estrenó en 2003 en Jerez, con la finalidad de regular las que es sin duda una de las más genuinas y tradicionales formas de promoción de nuestros vinos y promover que el venenciador sea no sólo un experto en la venencia, sino un prescriptor y un auténtico difusor de la Cultura del Vino de Jerez, promotor de su consumo inteligente.
Pero el objetivo del Consejo no ha sido limitar esta titulación a las personas que realicen o deseen realizar esta actividad en dependencia directa con las bodegas del Marco, sino hacer de la titulación un certificado de carácter internacional, que pueda acreditar a profesionales de cualquier país del mundo. Ya se comenzaron a dar los primeros pasos en Japón, donde se han desarrollado ya diversas ediciones del Concurso de Venenciadores Oficiales con la colaboración de las principales asociaciones de la hostelería nipona.
El de venenciador es uno de los oficios más antiguos, tradicionales y emblemáticos de las bodegas del Marco de Jerez, y a la vez es un arte y una forma de promoción en sí mismo. Los venenciadores se convierten en auténticos embajadores de los vinos de esta Denominación de Origen, ya que constituyen una estampa de gran fuerza plástica y visual fácilmente reconocible, que los identifica con unos vinos que igualmente tienen una gran personalidad y un origen muy específico.